Desde la Cooperativa de Trabajo Proyecto Hormiga queremos compartir algunas reflexiones en torno a la forma cooperativa que fue surgiendo a lo largo de estos 3 años y medio.
Para empezar por el comienzo... si bien INAES nos otorgó matrícula para funcionar formalmente como Cooperativa a partir de mayo de 2021: el espíritu del proyecto y los primeros pasos siempre fueron intencionados con los valores cooperativos presentes: autoayuda, autoresponsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.
No porque lo valores encubrieran una moralidad ontológica sino por que estos representan formas prácticas y metodológicas para imaginar, diseñar y crear soluciones innovadoras que tenga un impacto social, económico y ambiental positivo a problemáticas que se nos presentan como oportunidades: oportunidad para el encuentro, el dialogo y el empoderamiento. Así surgen "situaciones innovadoras": modos y formas que se escapan de lo convencional para abrir espacio y, de esta manera, diversidad.
Estas situaciones innovadoras surgen de la convergencia de puntos de vista muy diversos y transdisciplinarios pero anclados en el territorio y en la visión del buen vivir.
Para ejemplificar en hechos las prácticas que el cooperativismo nos ha invitado a experimentar, vamos a mencionar tres momentos significativos de la Cooperativa.
Las Asambleas, momento sostenido de encuentro y diálogo
Desde los comienzos, la Cooperativa sostiene presencial o virtualmente el espacio de Asamblea como espacio fundamental para socializar proyectos, oportunidades, dilemas y tomar decisiones debatidas y fundamentadas. Si bien, la Cooperativa tiene los órganos requeridos por ley (Consejo de Administración y de Fiscalización) y sus miembros son los responsables de las funciones respectivas, desde la Cooperativa Hormiga consideramos necesario institucionalizar encuentros más rítmicos. Más de 84 asambleas: 328 horas pagadas a cada socix (por todxs los socixs), horas invertidas por la Cooperativa para promocionar los valores cooperativos e impulsar la participación y la apropiación del espacio. Desde que finalizó la cuarentena, las asambleas las llevamos a cabo en Plaza Herbera (la plaza del mangrullo, del algarrobo recostado y las nubes de polvo en plena chacarera), un espacio público y lúdico para que la participación no sea excluyente de niñxs ni de vecinxs.
Cada Asamblea es representativa de los momentos que va atravesando la cooperativa y esa energía es compartida, visibilizada, manifestada remarcando que lo individual es colectivo y sin lo colectivo lo individual no tiene ámbito fértil para su desarrollo.
En el transcurso de las Asambleas fue surgiendo la necesidad de tener un espacio de debate más profundo para comenzar a consensuar códigos y lenguajes. Esas diversidades que potencia lo común, tambien se asientan en diferentes perspectivas, experiencias, realidades y códigos. Estas diferencias necesitan ser visibilizadas para aceitar la comunicación y poder llegar a acuerdos conscientes. Así, nació el ciclo-taller “Abonando el Hormiguero”
Ciclo Taller de Transformación "Abonando el Hormiguero"
La realización del Ciclo-Taller parte de la necesidad de elaborar, de manera colaborativa, las bases teóricas-conceptuales que le den unidad y enmarcan el trabajo que viene desarrollando la Cooperativa. Este Ciclo tiene como objetivo elaborar de manera colaborativa los conceptos que atraviesan nuestras representaciones simbólicas y estructurales en el ámbito cooperativo.
Cada Taller fue diseñado para que cada Socie lo coordine en base a sus herramientas y conocimientos e invite a referentes de la temática a abordar.
El primer taller versó sobre Economía Social y Solidaria coordinado por el Socio Juan Pablo Moreno, economista social y fue invitada Claudia Quintana referente de la organización territorial “Mujeres de Forchieri”. Enmarcados en las siguiente preguntas ¿Por qué otra economía? ¿Cuáles son las condiciones de este tipo de economía? ¿Cuál es el modelo hegemónico y cuáles podrían ser las formas contrahegemónicas? ¿Otra economía es posible? ¿Cómo es esa otra economía?.
En este primer encuentro se trabajaron conceptos como “Reproducción Ampliada” “Transición” “Red” “Comunidad” “Buen Vivir".
En el segundo taller, tratamos Cooperativismo. En un primer momento, realizamos acuerdos preliminares en torno a los cuidados, el respeto y la elección de un moderador. En un segundo momento, compartimos una actividad sensorio corporal (“red de lana”) para trabajar la escucha y la presencia.
Luego, nos reunimos en torno de las siguientes preguntas disparadoras: ¿Qué es el trabajo? ¿Cúando creo que estoy trabajando? ¿Por qué trabajo? ¿Para qué trabajamos? Y para enmarcar el debate se compartieron imágenes referidas a los modos de trabajo en la Cooperativa.
Salieron debates en torno a la dicotomía entre pensar y hacer, la invisibilización de ciertos trabajos, necesidades, deseos, etc.
Se redefinieron los valores cooperativos en acuerdos medibles, específicos y más amorosos. Específicamente, se transformaron valores en acciones concretas: honestidad por acompañar, empatía por aprender, proactividad por hacer, reciprocidad por compartir, esperanza por luchar, compromiso por vivir, colectividad por construir, solidaridad por agradecer, confianza por sostener, etc.
A continuación se leyó el texto de Ana Pampliega de Quiroga, que brega lo siguiente:
“Elaborar un proyecto y sostenerlo (…) Reflexionemos acerca de que el escepticismo y la desesperanza son hoy una enorme fuente de sufrimiento para millones de personas en el mundo. Pero son también, básicamente, una estrategia de poder. Una estrategia de parálisis y desencanto, que lleva a los sujetos a encerrarse en sí mismos, a pensar que la propia piel y los propios pensamientos son el mejor refugio ante la hostilidad del mundo. Esto, en política, lleva a la desmovilización. Los que hoy se movilizan, social y políticamente, están indignados, pero luchan por la dignidad. ¿Están desesperados? Creo que no. Se ha agotado su paciencia, y han redefinido su autopercepción, la que quizás los llevó, en algún momento, a la desesperación. Son los que hoy desarrollan la capacidad para la rebeldía, que incluye un proyecto, que no es un movimiento a ciegas, que no se trata, como dicen algunos autores, de “cuerpos en acto, sin narrativa ni pensamiento”. Esa capacidad de rebeldía es necesaria ante un destino que quiere imponérsenos como irreversible, en tanto se sostiene el mito de que éste es el único orden posible, el único mundo posible. Me refiero a los que hoy, en un sistema de opresión, luchan desde la dignidad, y vislumbran esperanzas aún en el dolor. Luchan desde la dignidad, no sólo por la dignidad; y desde una forma de esperanza que, como diría Freire, no es pura espera. Es esperanza que tiene que planificarse en un proyecto”.
Cumpleaños feliz!
Grandes acuerdos, Grandes responsabilidades.
El 30 de mayo la Cooperativa de Trabajo Proyecto Hormiga cumplió 2 años de su inscripción. En ese momento se debatió la posibilidad de adquirir una deuda dolarizada para la adquisición de una herramienta indispensable para seguir concretando la visión común de transformar lo que se descarta en alimento. Si bien, luego de 3 años de trabajo en Planta, la necesidad y las potencialidades de una pala mecánica era evidente; el debate se centró en los compromisos que implicaba asumir una deuda de semejante magnitud. Por un lado, la emoción que significa la confianza de acreedores privados que apuestan a la Cooperativa y por el otro, el compromiso y la responsabilidad que significa esa confianza. Cada compañerx tuvo su oportunidad para mencionar sus percepciones y por unanimidad se decidió aceptar este nuevo reto que se nos presentaba; tal vez, conscientes de la red que nos sostiene.
Luego de semejante decisión y cómo debe ser: se descorcho, se abrazó y se soplaron las velas de una hermosa torta que no tuvo oportunidad de ser registrada en su totalidad. Porque, la celebración, el festejo, es parte fundamental de ese encuentro para visionar - y por ende, crear - el futuro.
Entonces, un 2 de junio se concretó la compra de la segunda adquisición hormiga (primero fue el camión hormiga, mendocino y apadrinado por el Machi) que significa una apuesta al crecimiento que venimos dando y un salto de escala y posibilidades de impacto.
En este sentido, podemos comenzar a concluir (y por ende abrir otras preguntas) que el cooperativismo, para lxs hormigas, no es una simple formalidad sino el contexto vital que nos sostiene, nos guía y nos interpela. No solo es un modelo de negocio que rompe con lógicas que excluyen y marginan sino también una forma de vivir donde la ciclicidad y los ritmos vitales se manifiestan para posibilitar un desarrollo propio y armónico de la tierra que nos sostiene.
Abrazamos a todxs lxs compañerxs que no desesperan, confían y se entregan al diálogo que construye en humildad e igualdad. ¡Feliz día!
Comments